martes, 1 de diciembre de 2009

Roma, ciudad inmortal y Cracovia, capital europea de la cultura

Este año, he tenido la oportunidad de visitar dos ciudades extranjeras: Roma, capital de Italia (como todos sabemos) y Cracovia, en Polonia.
Durante la estancia en Roma me fascinó ver el Coliseo, comenzado por Vespasiano en el año 72 de la era Cristiana e inaugurado por Tito en el año 80. Con sus 75 metros de altura y 527 metros de circunferencia, fue la estructura más grande construida hasta el siglo XX.

Fue impactante ver la Basílica de San Pedro desde el fondo de la Vía de la Concordia. Cuando entramos en la Ciudad del Vaticano (un estado independiente dentro de Italia), pisamos la Plaza de San Pedro y vimos la ventana desde la cual hablaba a los fieles Juan Pablo II. Ahora sé más de él (por películas y documentales), y sé que fue el primer Papa no italiano, pues es de Polonia, y su nombre era Karol Woitiwa. Ahora me emociono al recordar esa parte del viaje.
Y de Polonia...
Una cosa que nos emocionó del viaje a Cracovia fue la profundidad con la que viven la religión (católica, en su mayoría). Profesan especial devoción a la Virgen Negra de Czestochowa, el Cristo de la Misericordia y, cómo no, a su Papa polaco, Juan Pablo II, al que apelan como "Santo súbito".

Plaza del Rinek Glowny (plaza mayor)
Estuvimos en Auswichz, visitando los barracones donde dormían los prisioneros, la famosa puerta en la que pone, irónicamente:"El trabajo os hará libres". Vimos las cámaras de gas...
Visitamos Wielizca, unas minas de sal a más de 300 metros de profundidad, con estatuas esculpidas en sal. Magnífico.
En Zakopane, en los Montes Tatra, a más de 1000 metros sobre el nivel del mar. Allí, la guía nos mostró al Caballero Durmiente, una montaña que tenía forma de un hombre tumbado, y se cuenta que cuando Polonia esté en peligro, él despertará.
Descubrimos el "estilo Zakopane": todo, absolutamente todo de madera. Visitamos una iglesia adaptada al estilo, fue precioso.
Después compramos quesos ahumados, producto típico de Zakopane. A mis padres y hermano no les gustó especialmente, pero a mí me encantaron.
La visita que más nos conmovió a todos fue la de Chzestojowa, para ver la pintura de la Virgen Negra, cuya particularidad (aparte del hecho de ser negra) son las cicatrices de su mejilla derecha. La historia es ésta: En una invasión por parte de los husitas fue robado el cuadro, pero cuando los caballos transpasaron las puertas de la ciudad se plantaron y rehusaron continuar. Uno de los soldados, enfurecido, sacó su espada y acometió contra la pintura, que empezó a sangrar. Los soldados salieron corriendo, dejando el botín allí. Desde entonces se ha intentado restaurar, pero las cicatrices siempre vuelven a aparecer.

Y ahora, en diciembre, haremos otro viaje, esta vez en compañía de mis abuelos. El destino es...¡¡París!!

5 comentarios:

  1. Hi!! I have a sweet premium for you in my blogg

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  2. Que preciosas historias de viajes... la historia de la Virgen Negra es realmente hermosa... claro que se repite por toda Europa, lo que no es ni mucho menos un demerito.

    Espero que te guste París, a nosotros nos encanta... en realidad nos encanta Francia en general... y encontramos que la gente es muy simpatica, pero cuando lo decimos todos nos miran con extrañeza. Espero que a ti te pase lo mismo... esto es que te guste y que todo el mundo sea amable contigo.

    Felicidades por la cornica, y... ¡buen viaje!

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  3. ¡Hola Claudia!: Cuánto tiempo sin encontrar tus preciosas historias en el blog. Ya te echaba de menos. ¡Qué suerte, hacer esos viajes tan bonitos! y lo mejor, es que sabes aprovecharlos. Me ha gustado mucho la historia de la Virgen (no la conocía). Sigue así.
    ¡Ah!, perdona mi ignorancia, pero ¿qué es una cornica?... Como supongo que es algo bueno, que sigas recibiendo más y continúa contándonos cosas en tu estupendo blog. MAG

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  4. Gracias, Claudia, por compartir tus viajes. Siempre que entro en tu blog aprendo algo. Tengo ganas de conocer Polonia y ver "in situ" todo lo que cuentas. Es estupendo que disfrutes tanto con todo lo que haces. No cambies. Chelina

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  5. Gracias a todos por los ánimos. A ver si me decido a colgar la entrada sobre París...
    Y respondiendo a la pregunta de MAG, una crónica es una historia contada en orden cronológico, como su propio nombre indica. Viene de "cronos", que significa "tiempo" en griego. También su dios del tiempo se llamaba Cronos.

    Claudia

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